Universo alterno #623
Después de haber tenido ese amor tan grande que tuvimos volvimos a separarnos y cuando te encontré de nuevo estabas triste y destrozado, pero no por mi, nunca por mi, la vida se encargó de deshacer todos tus sueños, tus ganas de esforzarte, puso en tu camino a personas que se encargaron de desanimarte, ese negocio tuyo que soñaste te acabó, esas ganas de servir se fueron gastando poco a poco y la fe en las personas, tu fe ciega y tonta te demostró que el ser humano sigue siendo mundano y egoísta y que nada es perfecto como en tu mundo de color de rosa que no acabaste de pintar porque dejaron de producir pintura, me contaste palabra a palabra como se acabó, mientras tocabas sutilmente mi piel y yo sentía el calor de tus dedos y veía la tristeza de tus ojos, me dijiste como alguien pisoteó tus sueños y te hizo sentir un bicho desagradable y miserable y como perdiste la fe, me dijiste todo sin llorar y me sorprendió que así fuera, tal vez esta vez estabas tan agotado que ni si quiera pudiste crear una lágrima, suspiraste hondo y tu pecho se quedó sin aire, tu vida se quedó sin rumbo y yo regresé a ti, volví a verte a los ojos y me hice tangible como tanto hubiera parecido que jamás volvería a suceder, me sentí feliz por ti por qué hicieras todo lo que habías querido hacer pero también estuve triste porque fracasarás, me seguí preguntando si tus penas hubieran sido más fáciles de cargar si hubiera podido cargarlas contigo, tu tacto casi invisible y tan familiar en mi piel se sintió como si me dijeras que a pesar de todo ese dolor estabas bien, que si te habías rendido estaba bien y lo habías aceptado como un animal que en una pelea bestial acepta su destino y agacha la cabeza para ser sacrificado, el enemigo tuyo es la vida misma y está dispuesta a matarte.
Y yo estoy aquí, mirando tu semblante cansado y escuchando tus fracasos, queriendo haber podido salvarte como siempre he querido, porque a pesar de tantos años y tanta destrucción mi piel todavía guarda tu recuerdo y mi corazón aún te guarda amor y no hay nada que pueda hacer al respecto.
Te vi a detalle, unos años más tarde, más viejo, más cansado, me sonreíste tristemente y tu calor se sintió igual que antes, siempre me haces sentir que quisiera tener unas alas tan grandes suficientes como para cubrirte y cuidarte, como si fueras un pequeño niño a quien tengo que alimentar y proteger, como si tuviera una pieza de cerámica valiosa que está apunto de romperse, eso eres tú para mí, y siempre te vas y siempre te rompes y cuando regresas me das piezas revueltas y sucias para que yo saqué mi pegamento y me ponga a reponerlas y justo cuando estés listo me vuelvas a dejar, ¿como aprender una lección para ya no tener el valor de repararte de nuevo?
Mi amor, a mi también me duele el corazón de que te vayas.
Comentarios
Publicar un comentario