Tu y la puerta de mi casa.

Sigo buscándote reemplazos, remplazandote con mi soledad, remplazando tu ausencia con la oscuridad de mi habitación, remplazando las comidas en la mesa del comedor con comer en mi escritorio, busco remplazarte con otros brazos, unos labios diferentes, con otros ojos más pequeños que los tuyos y menos café, intento remplazar las mañanas que pase contigo, intentando dormir todo el día, busco todavía desde el día que te fuiste remplazar el vacío que dejaste y olvidarme a toda costa de esa sensación que tengo aún de que un día, por obra del destino, aunque sea de la forma más tonta o casual, sin ningún motivo o excusa que tú... Te pares enfrente de la puerta de mi casa y esperes a que te abra, para fingir que no esperaba que sucediera algo así, para fingir que las cosas que sucedieron entre nosotros ya no me duelen, para fingir que te supere y fingir sobre todo que no me la he pasado cada día buscando remplazarte porque aunque ese vacío ha ido siendo menos doloroso con el tiempo, aunque sea en el fondo más lejano de mi corazón sigue siendo insoportable haberte perdido, así como haberme perdido a mi misma en el proceso, porque matamos juntos una parte importante de mi, esa parte que te quiso con toda el alma, que tenía esperanza de que las cosas funcionarán y que algún día te pusieras en mi lugar y en lugar de herirme decidieras que querías quererme tanto como yo te quería, esa parte es la que espera todavía verte aquí, para darme o no alguna explicación, alguna palabra, aunque fuera solo que me vieras, aunque solo me contarás que estás bien y seguiste con tu vida, esa parte de mi todavía te extraña aunque intenté remplazarte con todo lo que pueda, con cualquier cosa que exista en este mundo para que ese dolor se desaparezca cada vez más. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quien eres?

Universo alterno #326

When the Party is Over