Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2016

Hubo una vez...

Pensé que iba a ser fácil borrarte de mi mente, como el mal recuerdo que eres me gustaría que dejaras de existir.  Pensé que tenia el control de todo y que no quería volver a saber nada de ti y a pesar de eso sigues picándome con un alfiler.  Pensé y pensé que entre mas le daba vueltas menos ibas a salir de mi corazón y aunque pensé que habías huido todavía estas ahí. Enterrado entre el mas profundo cajón, entre el mas profundo pensamiento, entre esa nube de polvo gris que no te deja ver, estas ahí, haciendo espacio, guardando oxigeno para respirar y estorbando como siempre lo hiciste.   Y hay días en los que todavía pienso en ti, después de tanto tiempo y tantas pasadas, después de tanto tequila, tabaco y trampas, después de ti y después de mi. Todavía me robas la vida, todavía me apuras el alma, todavía me brincas en el corazón y me lastimas.  Quien diría, ni si quiera yo que a pesar de todo sigues agarrándome el brazo para no dejarme ir, sigues desatandome los tenis para no po

Treinta y tres minutos.

Son los minutos del camino de mi casa a la tuya. Son los minutos que me faltan siempre para amarte, son los minutos que maldigo todos los días, los que quisiera se hicieran diez o cinco o ninguno. Quisiera estar a tu lado al momento en que lo pienso o que tu perfume me acompañara todo el tiempo junto a mi, quisiera deshacerme de las barreras de los kilómetros de las fuerzas que nos separan, quisiera esos treinta y tres minutos para desaparecer. Son los minutos de mi vida que se desperdician en la carretera, son los segundos que se me escapan, los treinta y tres minutos que necesito para decaer. Son los que sumados representan una fractura en el tiempo, que me va comiendo y destruyendo lejos de ti, lejos del mundo, lejos de nadie, son los minutos que me comen de ansias, me comen de hambre, me dejan herida y sin florecer. 90 km/h o 100, no hay velocidad con la que se disipen y esta distancia es la que me hace cansarme cada vez que tengo que ir y me dan ganas de no irme, me dan ganas

Monster.

Pasas toda la vida sin buscar a nadie, acostumbrada a hacer lo que quieras, a besas distintas bocas, a disfrutar las noches y los días donde había soledad, tu mejor amiga, eras tu misma y ahora tus aventuras quedaron atrás. Conoces a alguien, comienzas a hacerlo formar parte de tu vida como si valiera la pena hacerlo ser importante, la costumbre comienza a hacerse notable pero tu ni si quiera te das cuenta, estas ocupada, enamorándote. Perdiéndote en los días, riéndote por las noches, amándole a cada segundo como si valiera la pena amarle, le tomas importancia, cambias totalmente, dejas de salir, de cambiar bocas por besar, pierdes tus costumbres, tu personalidad. Pierdes la pasión que tenias y te acostumbras a él. Como si eso valiera la pena. Entonces un día se va, dejándote sola. Así como siempre habías estado, pero ahora se te olvido lo que era la soledad, ahora se te ha olvidado ser tu misma y disfrutar de la vida, de los colores, del sabor. Ahora estas destruida por amar a