Probablemente seas el amor de mi vida y no me cuesta nada tener que admitirlo, no es dificil de saber. Estaba recordándote, te conocí hace muchos años, se que fuiste el primer hombre del que me enamore perdidamente, me advertiste que no lo hiciera porque sabías que me harías daño, me lo has dicho, lo se. Entonces ¿Para que estás en mi vida? ¿Porque llegaste a mi? Ojalá pudiera perder está conexión, ojalá pudiera borrarte de mi corazón, he dicho esto tantas veces antes, lo sabes. No lo entiendo, ni me puedo esforzar y perder más tiempo en intentarlo, estoy bien cuando no estás aquí pero siempre que estás todo se arruina y por más que yo quiera sacarte del pozo dónde estás siempre me empujas lejos de ti, siempre me hieres, siempre me dañas, no puedo seguir intentando entenderte. Siempre pareces tan necesitado de ayuda y amor, y yo estoy ahí y lo intento y ¿Sabes que pasa? Siempre lo arruinas, te esfuerzas más que yo en echarlo a perder, lo intento tantas veces pero siempre me empujas f
Maldita forma mía de ser, malditos inconvenientes, maldita ciudad pequeña, malditas las cafeterías, maldito el diseño abstracto, malditas mis fijaciones por hombres como tú, malditos mis rencores y mi oculta envidia e incapacidad de poder compartirte, malditos tus besos, maldita la extraña incomodidad y esa forma de no poder transformar mis sentires a palabras adecuadas, malditas las veces que se me acelera el corazón, maldita la ocasión en que sentí vergüenza, bendito mi dios por ayudarme a detenerme, nunca encuentro la forma sencilla de compaginar tan fácilmente, nunca encuentro cómo ni dónde sentirme cómoda, nunca logro encontrarme a mí misma de la forma en la que me gustaría, me voy haciendo a piezas rotas, a charlas sin motivación, a vasos de vidrio que se llenan y se rompen. Y cambio de parecer y quisiera no ser tan buena, no tener intenciones de cambiar, no tener la oportunidad de que me vean la cara, no tomarme a la ligera, quisiera exigir más, esperar el momento adecuado, dej
Yo solía ser escritora, inundarme en libros, leer en cafeterías, pasearme por las calles de Madrid hojeando lugares para beber, tenía la mala costumbre de fumar puros, de beber cerveza en tarros grandes y eructar como macho solo cuando las ocasiones lo ameritaran, los perros me amaban por alguna razón, y de entre tantas cautelas y reproches, de entre tantas veces que me negué a los hombres un día te conocí, escribiendo en un cuaderno rojo desgastado, entrada en mis pensamientos y sin mirar a mi al rededor me interrumpiste sentandote enfrente y diciéndome "¿Te puedo acompañar?" Todavia puedo escuchar mi furia conteniendose porque de entre tantas cosas, primero mi educación, "¿Disculpe?" Te pregunté sin creerme que un extraño que no invite a mi mesa se sentará invadiendo mi espacio personal. - Me das una curiosidad increíble - Me acuerdo de tus manos con uñas cortas, uñas que te comias de la ansiedad, tus venas visibles en tu piel blanca, tus ojos negros, y esa sonr
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