Domingo y Lunes.

Que si estoy bien sola, que sí necesito a alguien para pasar un domingo en la mañana, que si amar es difícil, que si se pueden comparar los sentimientos con la carencia de ellos, que si la vida no me sonríe, que si tengo que dar explicaciones a personas sin razón, que si un día el cielo es rosa y al otro es gris, que si el arcoiris se acaba al final del túnel con un sabor amargo de no se que, que si los calderos llenos de oro no existen, que si no hace falta querer a nadie, que si nunca encontrarás a alguien especial, que si un libro no significa nada, que si un beso lo significa todo, que si esa forma tuya de reírte tan curiosa que yo noto como todos los detalles que veo de ti y empiezo a guardar en un frasco de vidrio que terminara rompiéndose, regando todo, incluyendo a mi corazón, que si tus cumplidos están llenos de vacío, que si te gusto mi cabello rojo y mi camisa con un gato negro, que si me acuerdo de ti con cosas tontas y cotidianas, que si comienzo a pensar en tus ojos, que si en algún momento te irás a convertir en un recuerdo que me punze dolor, que si te gusta mi forma de escribir, que si nos acabamos una botella de vino en la inmensidad de nuestras depresiones, que la vida me atrae cosas que no busco, que no quiero, que no necesito, que si tengo miedos, un montón, que si, dios mío, claro que sí, pero cientos de veces he dicho que no, que mi libro de cuentos favorito está en el librero y te conté historias que nadie más sabe de mi en 24 horas sin dormir, que si he de sentir algo o quizá no llegar a sentir nada, te juro que yo tampoco he aprendido a manejar esto que llamamos sentir.