Egoísta y destrozada

Te hice mucho ruido antes de irme y te rogué mil veces con miradas que no dejaras que lo hiciera. Pero me fui, con mis botas desgastadas, tomando un avión, regresando a mi ciudad y despidiéndome de ti. Me fui, con las pestañas empapadas y ese único abrazo que me diste de entre tantos abrazos superficiales me habías dado durante tantos años, ese fue el único abrazo real que me diste y lo hacías por el simple hecho de que sabias que seria el ultimo.
Me fui, después de hacerte tanto ruido y gritarte con el alma que no dejaras que lo hiciera, tu nunca leíste mis ojos ni hablaste el idioma de mi corazón.
Odio las mentiras y por esa misma razón nunca quise prometerte un "por siempre" injusto y lleno de cliché, pero tu amabas los clichés como ese sueño tuyo de casarnos por la iglesia aunque no creyeras en dios.
Me fui aunque en realidad no quisiera hacerlo, aunque la razón real fue la presión que me dabas de que todo regresara a ser igual después de tantas veces que me rompiste el corazón, yo fui incapaz, incapaz de sentirme fuerte, incapaz de lograr que no me afectara, incapaz de amarte de la misma manera, incapaz de seguir y arrastre esa maleta durante una madrugada de lluvia por el aeropuerto, considerando si tomaba la mejor decisión o si debía regresar a tus brazos.
Me fui, egoísta y destrozada, dejándote herido sin ser mi intención, me fui y aun después de tanto me preguntó si fue lo correcto, si mi corazón se quedo en el aeropuerto o en tu ciudad, si lo tienes contigo todavía o lo desechaste apenas me fui.
Quisiera pensar que no es así pero siendo honesta estoy completamente segura de que ya no me recuerdas, ni a mi, ni a mis botas y esta noche de nostalgia que me hace recordarte se acabara pronto.
Y todo volverá al silencio de siempre, a olvidar como sonreias y tratar con toda la pena del mundo sobrevivir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quien eres?

Universo alterno #326

Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo.