La luz de las farolas.

La luz de las farolas nos cubría mientras el cielo se llenaba de destellos, los sonidos que escuchaba a lo lejos disminuían mientras observaba la detallada forma de tus labios, esos que me vuelven loca, te dedicaste a decirme algunas de tus palabras y sin escucharte preguntaste

- ¿Me estas poniendo atención?
- Por supuesto 

Tenias toda la atención de mi vida más nunca preguntaste si te estaba escuchando pues me ocupaba mas en observarte y detallarte en mi memoria 

- ¿Que fue lo que te dije? - preguntaste

Me sonroje un poco cayendo en la realidad 

- No te escuché - admití con pena 
- Olvídalo - sonreíste y seguimos caminando

Cada destello en el cielo llenaba de luz la tierra, el simbólico año nuevo nunca significó algo para mi hasta entonces, caminar en esas calles cotidianas nunca significó algo para mi hasta ese entonces y comprendí perfectamente que hacías de mi vida algo completamente diferente.
Lo único que quería en ese momento era llegar a nuestro departamento y que al cerrar la puerta el resto del mundo desapareciera para tenerte solo para mi, para dejar ir las penas y las glorias arrastrando por el piso, abrir una botella y no volverla a cerrar. Quería perderme en el mar de tus ojos, hundirme en tu alma, la calidez y la provocación invencible que me causaban tus labios. Quería quitarte la bufanda y arrancarme los guantes de las manos y que el frío del invierno dejara de existir cambiando las paredes del apartamento en una sola primavera. 
Quería que fueras mio, que lo supieras sin necesidad de decirlo.
Te quería, total y completamente te quería. 

Y no había nada más, que la luz de las farolas.

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